domingo, 10 de marzo de 2013

22 MESES SIN LLEGAR A ESTAR JUZGADO


Stephen Slevin "EL GUANTÁNAMO" es 15 millones y medio de dólares más rico y 22 meses de vida más pobre. El dinero es lo que ha recibido por haber soportado que su salud mental se deteriorara sin que él pudiera hacer nada; por haber visto crecer hongos en su propia piel con igual impotencia; por haber tenido que arrancarse él mismo una muela después de que se le negara el acceso al dentista.

Y el tiempo, esos 22 meses, es lo que pasó tan vejado y olvidado en una celda pequeña y solitaria en una prisión de Nuevo México (Estados Unidos), a manos de unas autoridades que le negaron el derecho a un juicio justo.
El suplicio de Slevin empezó en 2005, cuando fue detenido por conducir bajo la influencia del alcohol y por haber robado un coche que él mantiene que en realidad le había prestado un amigo. Pero nunca pudo explicárselo a un juez: sencillamente se quedó solo en la celda mes tras mes, escribiendo cartas en las que suplicaba ayuda. Las fotos muestran en qué estado entró en la cárcel condado de Dona Ana y en qué estado salió.

Entre tanto, le tocó luchar con una depresión que antecedía al día de su detención. Perdió 22 kilos y le brotaron eccemas. "Su salud mental se ha encontrado en serio peligro. Y eso continúa siendo así hasta hoy", ha explicado su abogado, Matt Coyte.




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